Las carillas son finas láminas de porcelana, de aproximadamente 0,3 a 1 milímetro de grosor, que cubren la superficie anterior de las piezas dentales. Se unen al diente por medio de un adhesivo especial, y su principal indicación es la de enmascarar anomalías del color en los dientes que no pueden tratarse mediante el blanqueamiento convencional. Las carillas se emplean también para disimular alteraciones en el tamaño o morfología dentarias, confiriendo al diente un aspecto más ideal.